martes, 2 de febrero de 2016
Luego de un arranque inestable, los dirigidos por Guillermo Vázquez tienen en Pachuca, su siguiente rival, la oportunidad de evitar cualquier turbulencia, presión y entorno negativo, de cara a iniciar la participación en la Copa Libertadores, que arranca en dos semanas.
Imponiéndose al cuadro de Pachuca, no sólo lograrían subir puestos en la tabla general y sumar en la tabla de cocientes, también evitarían una gran presión por parte de la prensa y, no menos importante, de su propia afición, la cual despidió al equipo con abucheos en su último partido como local.
Si Pumas tropieza, por segunda vez consecutiva en casa, entrarían en una turbulencia, una etapa de dudas, incertidumbre. Sería un ambiente negativo que afectaría más de lo normal, ya que, con el mismo equipo y el espacio reducido entre el torneo pasado y el actual, la cantidad de puntos estaría lejos de la esperada.
A favor, cuentan con el factor de la expulsión de Hirving Lozano, jugador de Pachuca que venía a más. De igual forma, jugando como jugaron el primer tiempo en el Estadio Jalisco, lograrían volver a hacer de CU una fortaleza.
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