lunes, 19 de octubre de 2015
Luego de cuatro años en los que el balón fue lastimado, humillado y maltratado en el césped mítico del Olímpico Universitario, hoy da las gracias. Agradece a Vázquez por mantener una base, lograr un equilibrio, reforzar de manera acertada y no perder los papeles pese a permanecer en la cima casi todo el torneo.
"Algunos dirán que en fútbol solo interesa ganar y otros, mas cándidos, seguiremos pensando que si esto es un espectáculo también importa gustar", dice Jorge Valdano. En Pumas, ganan y gustan. Ganan y gustan como en el 2011. Ganan y gustan como aquellos tiempos de Solari, Sambueza y Scocco. Ganan y gustan como aquella base de la Selección Nacional. Ganan y gustan como debería de ser, y el balón lo agradece.
El balón le devuelve las atenciones a Pumas regresando de sus cenizas a Javier Cortés. Logró que Alejandro Castro se encontrara con una revancha en su carrera profesional, luego de meter el pie en aquél cabezazo de Moisés Muñoz. Provocó que Eduardo Herrera se convirtiera en el goleador canterano del plantel, deseo máximo entre las voces más exigentes de la afición. Habló con Sosa para seguir siendo explosivo y determinante en cada partido.
De igual forma, el esférico convenció a Matías Britos de dejar atrás las lesiones y empezar a marcar diferencia. Tranquilizó a Fidel, pero le pidió que mantuviera su buen juego, su alegría y su atrevimiento. Hizo posible que Josecarlos Van Rankin elevara su nivel, convirtiéndose, con Luis Fuentes, en laterales de confianza.
Con Verón y Alcoba, la bocha se sentó a hablar de garra, de entrega y de sacrificio. Hablaron referente a los 90 minutos, que el partido no se acaba antes, sino hasta que silba el árbitro y el balón no terminó por entrar. Ya en los palcos, el balón se encontró con Borja Navarrete, el cual no lo tenía muy contento, pero le ha perdonado con la continuidad al proyecto de Sancho y Guillermo Vázquez.
Sí, el balón hoy vive en el Estadio Olímpico Universitario, ese que se encuentra en la parte superior izquierda de CU, si se ve de sur a norte le mapa. En este recinto, rueda y rueda por los túneles que camina la afición cada quince días. Va feliz por Planta Baja, va enamorado por el Pebetero. Incluso, sin miedo a las alturas, medita en lo más alto del Palomar.
Ante la experiencia, no se quiere ir. Ante el buen juego de Pumas que encanta hasta al enemigo más puro de los del Pedregal, está dispuesto a invitar a un vieja amiga a casa, a la Copa Libertadores. Por ahí, si sigue fascinado con la mejor ofensiva del torneo, se muda y hace de Ciudad Universitaria su casa, misma donde reposaría el trofeo de campeón del Apertura 2015.
A cuatro jornadas de la culminación del torneo regular, el balón se ha asentado en su nuevo hogar. Da las gracias por el recibimiento, por el buen trato. Por lo bien que siente cada que brinca al campo cada quince días. Sin más, el balón da gracias a Pumas por mostrar un bello fútbol... y por ganar.
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