miércoles, 23 de agosto de 2017
Por: Brian Sales
Del otro lado del charco, en su segunda etapa como primer entrenador en aquellos campos, ascendió al Eldense a Segunda B. Él pretendía seguir al mando del equipo que recién había levantado la categoría, pero lo cesaron. No tardó en encontrar equipo, ya que el Real Oviedo le abrió las puertas en la misma división.
A partir de ahí, lo demás es historia. Sergio Egea llevó a la Segunda División de España, ahora Liga Adelante. Pese al gran momento, Egea renunció a su cargo, luego de un enfrentamiento con uno de los jugadores, al exigir "competir, entrenar y callarse", además de pedirle a José Fernández, evitara las quejas constantes durante las sesiones.
Para ese entonces, en Oviedo ya estaba la mano de Carlos Slim y de Arturo Elias Ayub, grandes amigos del técnico argentino y de la historia reciente del Club Universidad. Incluso, la afición lo coreó en el estadio y en su carro, antes de su partida. Coreaban su nombre, y le gritaban "institución, institución", refiriéndose al grado en el que el aficionado del Oviedo lo tiene y lo recordará.
Volvió a Pumas para tener un rol lejos de micrófonos y reflectores. Ha sido Director de Fuerzas Básicas, Director Deportivo y ahora estratega del primer equipo de los Pumas. Tarea que, tras unas jornadas, no luce nada sencilla.
En algún momento de su etapa como entrenador, Egea declaró que es un "enamorado de los desafíos". Bajo la playera azul y oro, tiene uno de los mayores retos de su carrera: levantar a Pumas en este Apertura 2017 y revertir el ambiente tan tenso que se mantiene por el Olímpico Universitario.
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