A la afición de Pumas nada le dolerá más que perder a su figura, a su ídolo, al refuerzo que sí funcionó tras años y años de petardos y malas jugadas de promotores. Ismael, que se ganó a pulso el amor de la afición felina, está fuera del plantel.

El porqué es muy simple. Porque Sosa funcionó, porque había sido el goleador del gran torneo de Liga, que nos dejó el subcampeonato. Porque Ismael fue el goleador de la Libertadore que tanto nos ilusionó, porque desde hace mucho un extranjero funcionada de tal forma en nuestro equipo.
La afición ha sufrido un duro golpe, porque no entenderá que su mejor jugador esté en las filas de un equipo que los dejó a nada de un campeonato. Se tardará en procesar ver a Sosa celebrar con Pizarro y Gignac. Sólo los resultados nos darán la razón, a directiva y afición.
El panorama no luce sencillo, pero siempre existirá el beneficio de la duda.
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