
Sé que no fue tu elección, que en esta etapa injusta nos toca no vernos más, al menos no del mismo lado. Vas a Tigres, equipo sólido y con la mejor plantilla, pero dudo que sientas o que por esta camiseta sentiste, dudo que te sientas del todo cómodo, a pesar de los grandes asistentes. Dudo que cuando le des una asistencia a Gignac, te sepa igual.
No puedo reclamarte nada. A quien le podía pedir cuentas, ya no está más por aquí. Así es la vida, sobre todo el fútbol. Al final, todo es un negocio que gira en torno a las piernas de cada uno de los jugadores. Me siento quizá solo, abandonado, porque fuiste un refuerzo tras cuatro años de porquería. Son contados los refuerzos que habían llegado y funcionado, como tú.
Eras nuestro mejor jugador, pero ya no más. Sé que volveremos a vernos, que visitarás CU o nos recibirás en tu casa. Que quizá nos elimines en fases finales de la Concachampions. No lo sé, más adelante sabremos lo que el destino nos tiene preparado. Por ahora, Ismael, te deseo suerte, éxito... espero vuelvas, porque la gente siempre regresa a casa,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario