Por Mauricio Aguilar   

La construcción de Roma –ciudad e imperio- requirió de siglos, aunque tan solo un suceso, como el gran incendio, ocurrido durante el reinado de Nerón como emperador, casi destruye la ciudad en unos días. Destruir puede ser instantáneo o breve, construir es más complejo.

La construcción de una identidad ganadora, la grandeza, la gloria, el buen funcionamiento, el éxito… requieren tiempo.  Tampoco el tiempo es en sí mismo el único requisito, además está el trabajo, el compromiso, la congruencia y la disciplina, como partes fundamentales para los resultados.

A nuestros Pumas, les llevó tiempo construir su historia ganadora, vaya que es ganadora por cantidad y calidad, y aunque parecía que la breve administración actual (que son 2 de 60 años), se estaba encargando de incendiarlo todo, afortunadamente no lo logró y ahora se está en un proceso de reconstrucción alentador.

Más allá del resultado del domingo –empate contra los Xolos- hay cosas que observar:

I. El regreso de Guillermo Vázquez Herrera es un buen signo de recuperación. Sus palabras y comportamiento son adecuados para Pumas, un equipo que representa –bajo la figura de Asociación Civil- a la Universidad Nacional Autónoma de México.

En lo personal, prefiero mil veces un técnico ecuánime pero capaz como Memo, a uno que, sin importar su capacidad, opte por ser el centro de atención del juego (tipo Tomás Boy o Miguel Herrera), para eso están los jugadores.

Ahora, falta que su trabajo empiece a hablar por sí mismo, pero por lo pronto su estancia es una muestra de congruencia que debemos corresponder como aficionados, es decir, no empezar a incendiar al equipo por un partido o esperar actos de magia.

II. Aunque los cambios recientes sean acertados, recuperar el potencial llevará tiempo, hay que tener cierta paciencia. Vimos que el equipo no se echó para atrás, y aun así recibió el empate. Con lo que se puede concluir que, las derrotas no solo eran culpa del planteamiento timorato del anterior entrenador (que obviamente contribuía en gran medida), sino también al bajo nivel de varios elementos.

Como lo dijo Memo: “Todavía le falta, no sabría decir, la intención la tuvieron, la aplicación se tuvo por momentos pero todavía le falta mejorar algunos aspectos.”

No se trata de descubrir el hilo negro, se tiene que trabajar para mejorar, por lo menos para coordinarse en las salidas de la defensa y dejar en fuera de juego a los delanteros rivales, algo que tiene que practicar bastante Josecarlos Van Rankin (se quedó en tres ocasiones  y solo porque Arango no estuvo certero, es que no fue tan evidente su mala actuación al respecto), que fue el de peor partido el domingo pasado. Pero con trabajo y tiempo se puede mejorar.

Una última reflexión como aficionado, Pumas es de los pocos equipos, no sólo en México sino en el mundo, que tiene signos distintivos únicos, como el estadio olímpico declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad, el Goya, el vínculo con la Universidad y sus valores, hasta Goyo. ¿Por qué dar la espalda a todo eso y volverse una afición más que grite el infame ehh puto? ¿Qué no suena mejor un Goya?

Si pudiera pedir algo para Pumas sería congruencia de parte de todos, y las cosas seguramente cambiarían para bien, desde la grada hasta el terreno de juego, en un tiempo cercano. No olvidemos:

"Ser Puma es un acto de fe, de esperanza, se necesita paciencia para serlo, se es felino con más estoicismo que alegría, y sobre todo, ser Puma es irrenunciable." Germán Dehesa.