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Blog : Analisis Puma
lunes, 24 de abril de 2017
Por: Brian Sales
“No es un fracaso. Es un fracaso si no haces todo por lograrlo. Es una meta no cumplida”, mencionó Juan Francisco Palencia, luego de ser eliminado y humillado, una vez más, a manos de Tigres en la Liga de Campeones de la CONCACAF. Hoy, a dos jornadas del fin del Clausura 2017, poco ha cambiado y muchos errores ya son notorios. Lejos de Liguilla, con un “plan del partido” que nadie logra notar, Pumas está casi eliminado del certamen.
“No es un fracaso. Es un fracaso si no haces todo por lograrlo. Es una meta no cumplida”, mencionó Juan Francisco Palencia, luego de ser eliminado y humillado, una vez más, a manos de Tigres en la Liga de Campeones de la CONCACAF. Hoy, a dos jornadas del fin del Clausura 2017, poco ha cambiado y muchos errores ya son notorios. Lejos de Liguilla, con un “plan del partido” que nadie logra notar, Pumas está casi eliminado del certamen.
Antes de entrar en actualidad,
bien vale recordar lo que ha pasado desde la llegada de Ares de Parga y
Juan Francisco Palencia: Pumas había quedado eliminado de la Copa Libertadores
(no calificó a la Liguilla por darle prioridad a este torneo). Aún recuerdo la
imagen depresiva de Ismael Sosa, saliendo de la cancha con la mirada hacia el césped tras errar el penal de la
eliminación. Algo se lograba percibir en su andar; el fin estaba cerca.
Borja Navarrete, ex Presidente, Antonio
Sancho, ex Vicepresidente, y Guillermo
Vázquez, ex técnico de Pumas, lograron armar un plantel interesante para
competir de grata forma en el torneo continental. Sin embargo, los problemas
llegarían al final, ya que no fue sencillo mantener a esa plantilla, con todo y
los bonos que los contratos de Fidel, Sosa, Ludueña o Britos tienen por llegar
a fases finales y calificar.
La historia de Ismael Sosa ya
todos la saben. Ares de Parga declaró que “no había crisis, pero se necesitaban
sanar finanzas”. El argentino emigró a Tigres. Francisco Meza y Luis Quiñones
JAMÁS fueron de Pumas, sólo préstamos sin opción a compra que logró Antonio Sancho,
gracias a la grata relación que hoy día lo tienen de nuevo en el equipo del
norte.
Hibert Ruíz y Mathías Vidangossy igual
eran préstamos. El chileno no tuvo tantas oportunidades, por lo que regresó a Jugares y actualmente no tiene equipo. La historia de Hibert fue diferente, ya
que se prefirió optar por comprar a Alejandro Castro (quien no lo ha hecho mal
cada vez que tiene participación), con lo que Ruíz volvió a Morelia para ser
cedido a Jaguares.
La historia de Dante López y Daniel
Ludueña fue algo lastimosa. Buscaron colocarlos en el Zacatepec, equipo que
transita en el Ascenso Mx. Sin embargo, el argentino optó por dejar México y
regresar al Club que tanto lo quiere, Talleres de Córdoba. Por su parte, Dante tardó,
pero logró un acuerdo con los ‘cañeros’ y tuvo cierta regularidad. Actualmente
se encuentra en un club de su país, Paraguay.
Incluso, lo único que puede
presumir Borja Navarrete de su gestión, es el título de la Segunda Divisón que alcanzó
el equipo de Universidad Nacional Premier, tras vencer a Chivas en el Olímpico Universitario,
justo días antes de anunciar su salida del Club. En este equipo jugaban hombres
como Omar Islas, Jesús Gallardo, Kevin Escamilla y Felipe Campos.
Ya con la nueva administración al
frente, Francisco Palencia fue el
indicado -o el aventado, ya que, según información de Notigoya, el Club Universidad
buscó primero a Bruno Marioni- para tomar las riendas de un disminuido Pumas.
Las incorporaciones en el Draft, fueron todo menos esperanzadoras. El regreso
de Pablo Barrera fue visto como refuerzo;
sin embargo, Pumas volteó a España para sumar a sus filas a dos jugadores
ibéricos. Saúl Berjón y Abraham González se convirtieron en jugadores de los
universitarios para el Apertura 2016.
Para la jornada 4, regresaron del
sueño europeo a Santiago Palacios. Canterano que emigró tras las nulas
oportunidades en el Club Universidad. Hoy día, la decisión es vista como un
error, ya que Palacios-Macedo no ha tenido chances de mostrarse, siendo
un elemento constante en la banca.
El torneo no fue nada malo. Lograron 8 partidos ganados, 3 empatados y 6 derrotas, culminando como la
cuarta mejor ofensiva. Alcanzaron y superaron por un punto la meta de 26
unidades que había puesto Rodrigo Ares de Parga al inicio del certamen. Juan
Francisco Palencia calificó a su primera Liguilla en su semestre de debut como
estratega. Ya en los Cuartos de Final, Tigres se encargó de darle un golpe de
realidad a los del Pedregal, con un 7-2
en el marcador global tras el duelo de ida y de vuelta.
Por esta vez, el resultado de la
serie se consideró un accidente, pero no era buen presagio ante el Clausura
2017. Incluso, ya preocupaba que Palencia le quisiera jugar como el Real Madrid
a plantillas infinitamente superiores bajo el discurso de “no somos un equipo
timorato y siempre vamos a buscar atacar, buscar los tres puntos”.
Las vacaciones fueron pocas, así
que los movimientos de jugadores no tardaron. Luis Fuentes, Marcelo Alatorre y
Eduardo Herrera salieron en préstamo. Fidel Martínez se fue vendido al Atlas. Regresaron
Alan Mendoza y Erik Vera, quienes habían tenido un paso exitoso por el Ascenso
Mx.
Y se sumó la incorporación más
esperada por la afición: la llegada de un delantero top. Nicolás Castillo llegó tras ser bicampeón y
bicampeón de goleo con la Universidad Católica. Pese a que se comentaba un
interés por parte del Monterrey y el Cruz Azul, Castillo arribó al Pedregal con
la etiqueta de goleador. Lo que ciertamente le faltaba al equipo de Palencia.
El inicio del Clausura 2017 no
fue malo, ya que consiguieron 3 victorias, un empate y una derrota en sus
primeros cinco partidos. Justo ahí vendría todo a la baja, ya que de los
siguientes 10 compromisos de que disputaron, sólo obtuvieron dos
victorias, sumando 6 derrotas y dos empates. Mismos resultados que hoy tienen
al Club Universidad lejos de la
Liguilla en el segundo torneo de la gestión de Parga-Palencia, lo que resulta inexplicable.
A los resultados negativos, se le
suma la eliminación de la Liga de Campeones de la CONCACAF a manos de Tigres –sí,
otra vez-, por marcador global de 4-1. La dosis la repitieron los del norte en
la jornada 14, ya que humillaron 4-0 a los dirigidos por Palencia en el ‘Volcán’.
El partido ante Veracruz es la
clara muestra, ante los ojos de todos, que algo no está bien en Pumas. La
actitud de Verón y Nicolás Castillo en sus expulsiones te habla de una falta de
liderazgo que, quizá, proviene de la dirección técnica. Aquí bien vale citar la
actitud que tuvo Darío en los primeros partidos con Palencia: el paraguayo se
quedaba parado con el balón, sin avanzar, llevándose las manos a la cintura,
connotando alguna diferencia con el esquema que pretendía implantar Paco.
Pumas no metió ni las manos ante
el equipo que la jornada pasada estaba hundido en el fondo de la tabla de
cocientes. Y qué razón tiene Alcoba al decir que no puede garantizar
resultados, ya que tiene a 11 rivales enfrente cada partido que buscan ganar,
pero sí se les puede pedir lucha, entrega, que no paren de correr pese a
cualquier circunstancia. Pero la realidad es que hoy vemos a un Club Universidad sin alma, sin mística y
sin idea de juego.
Vayamos más a fondo. Josecarlos Van Rankin no tiene ni un argumento
para ser el lateral por derecha de Pumas. Incluso, cuando vestía la
camiseta de la Selección Nacional en sus representativos inferiores, lo hacía
como contención, pero jamás como lateral. Hasta es el regañado favorito de
Verón, ya que, tras cada partido, lo llena de indicaciones y señalizaciones.
Pablo Barrera y Jesús Gallardo,
los extremos de cada banda, te dan un partido bueno por tres malos, y no
figuran en la tabla de asistencias dadas de la Liga Mx, pese a que Gallardo ha
sido convocado por Juan Carlos Osorio y ha visto minutos con el ‘TRI’.
Y es cierto que a los aficionados,
periodistas y reporteros nos debería de importar poco y nada lo que haga el
jugador en sus ratos libres. Pero no creo que el mejor método para prepararse
hacia un partido sea estar la madrugada del sábado en un antro de Loreto. O
peor aún, horas después de haber sido humillados por Tigres, subir a tu cuenta
personal imágenes “agarrando el pedo”, con la botella de Red Label asomada, tal y como lo
hace Javier Cortés.
Desde la lesión de Pablo Barrera,
resulta inexplicable que Javier sea habilitado como extremo por derecha,
teniendo en la Cantera a chavos como Omar Islas o Alan Acosta, quienes destacan
en velocidad y tienen desborde, cualidades que ya perdió Cortés. Es hasta una discrepancia en el discurso de apoyo a los jóvenes de casa.
A dos fechas de la culminación en
su fase regular del Clausura 2017, Pumas se sitúa como la segunda peor
defensiva, con 25 goles encajados. Acá es donde volvemos al tema de Palencia.
Quizá la idea de Paco no es mala, pero no tiene un plantel lo suficientemente
capaz como para lograr su “plan del partido”. Los laterales siempre van al
frente, pero ni ‘VanRa’ ni Mendoza tienen la condición para mantener sus
vigilancias o regresar en cada contra del rival. Esto hace que Alcoba, Verón o
Jaquez, queden mano a mano con los
delanteros del equipo que esté enfrente.
El día a día de Pumas ya no es el
mismo. Hasta hoy, se sigue pagando la negligencia de Alberto García
Aspe al descuidar y vender a Pumas Morelos, ya que la Cantera atraviesa una
crisis importante en la generación de jugadores. Incluso, dicha decisión,
propició el retiro y el cambio de aires de una generación completa, de la que
sólo pocos se salvan.
El proyecto de Ares de Parga
parece prometedor a futuro, pero el presente no luce nada esperanzador. En la
Cantera se están haciendo bien las cosas; sin embargo, es un insulto llamarle
promesa a Kevin Escamilla, a Jorge Escamilla o a José Antonio García, no
porque no tengan condiciones, sino por tener años y años esperando
oportunidades constantes, no sólo 90 minutos en cada torneo.
Lo único que connotan estos
Pumas, es el rompimiento de la relación con el estratega, ya que nadie se ve
cómodo bajo el esquema de Palencia, siendo un cheque al portador para cada
equipo que enfrentan jornada a jornada. Y pasa más allá del 4-2-3-1 con el que 'Paco' juega en la mayoría de los partidos, siendo cuestiones internas y externas las que tienen al equipo en el limbo.
Es absurdo tratar de buscar a un solo culpable, ya que se siguen pagando y reparando daños de administraciones
anteriores. Pero los factores arriba mencionados, que son la actualidad del
equipo, no parecen tener un rumbo fijo, un rumbo esperanzador, o solución inmediata.
Las vacaciones deberán servirle a
Ares de Parga para darse cuenta que hay ciclos de jugadores que terminaron hace
rato, hay posiciones a reforzar -pese al discurso pro cantera-, y analizar si
realmente se tiene equipo para la forma de juego que quiere mostrar su director técnico. Esto
si no quiere repetir un torneo más fuera de los primeros ocho lugares,
arrastrando el prestigio de un club que sí es grande del balompié nacional.
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