martes, 27 de octubre de 2015
A pesar de ser criticado por llegar a Pumas en lugar de un hipotético Marc Crosas, Alejandro Castro a callados bocas jornada tras jornada, haciendo que el aficionado que lo criticó, le pida perdón y le agradezca por ser pieza clave en la regularidad el equipo que es líder actual del Apertura 2015.
Bajo el papel de 'villano', luego de ser su pierna la que se cruzara con el heroico remate de Mosiés Muñoz, Castro buscó cambiar de aires, de colores, de ideología y de mentalidad. La revancha, su mejor arma. Las ganas de sobresalir de ese episodio amargo, las esenciales. La tutela y confianza de Guillermo Vázquez, la gasolina del motor.
Hoy, pasadas 14 jornadas del torneo mexicano, Alejandro Castro bien podría competir por ser uno de los refuerzos más efectivos de este certamen. Si bien es cierto que no anota como Fidel o Funes Mori, también es verdad que ha sido esa pieza vital en el sistema respiratorio de los del Pedregal.
La estabilidad que le brinda a la zona de recuperación le transmite tranquilidad a la zaga defensiva. A pesar de ser la contención su terreno privado, el aporte que tiene con la mejor ofensiva del torneo se resume en pases de fantasía, pases que cualquier mediocentro del mundo firmaría. Como sucedió contra León, donde puso una asistencia de 40 metros para el gol de Fidel Martínez.
Sin reflectores, con humildad, compromiso y sed de revancha, a Alejandro Castro le han bastado 14 jornadas para encantar al corazón de cada habitante del pueblo azul y oro. Si goles son amores, lo que ha hecho Alejandro en Pumas debe ser la prueba más sincera de amor que pueda existir entre jugador, institución y afición.
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