domingo, 24 de mayo de 2015
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| Foto: Internet |
Por: Brian Sales
Lejos han quedado los tiempos en los que un Ignacio Scocco, un Esteban Solari y un Rubens Sambueza llegaban como contrataciones llamativas, ilusionando al pueblo azul y oro. Si bien no se culminó en un campeonato, se llegó a la final y se brindaron actuaciones memorables que, hasta la fecha, se recuerdan más que los presentes cuatro años del Club Universidad.
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Hoy, lo más cerca que los del Pedregal han estado de eso, es con Daniel Ludueña, jugador con amplia carrera, veterano y de calidad. Pocos han sido los refuerzos que han alcanzado, con muchas dudas, temporadas aceptables; Martín Romagnoli, uno de ellos.
Ahora, con pleno régimen de transferencias por iniciar, la llegada de Marcelo Alatorre y Fidel Martínez parece inminente, pues diversos medios confirman su llegada. De igual forma se sigue pujando por Crosas, quien llegaría a hacer un poco mejor lo que Torales no hizo el pasado Clausura 2015.
El problema ha dejado de ser el nombre del jugador; su posición, su edad y su trayectoria, han dejado de ser datos trascendentales. Claro que se quieren ver a jugadores de calidad defendiendo la azul y oro, pero, hoy, ya no importa si vienen del Congo, si tienen 34 años, mientras rindan y cumplan en Pumas, serán bienvenidos.
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Han sido cuatro años de malas contrataciones, de malos actos, de no ver a un Pumas competitivo, entregado por la causa. Ya no importa quien llegue, sólo importa que sepa cumplir y se muera en la línea por darle alegrías a una afición que en los últimos cuatro años, lo único que ha podido celebrar son victorias en el Estadio Azteca. Sí, como equipo chico.
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