
Cientos y cientos de personas se dieron cita desde las 9:30 de la mañana a las afueras de la estación Copilco, la cual ya es lugar tradicional de citas por la barra universitaria. Con banderas gigantes y trapos, inició la caravana hacia la casa sagrada.
Niños, jóvenes y hasta adultos. Algunos ebrios, algunos con bombas de humo en la mano, pero todos unidos bajo los mismos colores, los que brinda la pasión azul y oro.
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