martes, 19 de julio de 2016
El primer partido de Pumas bastó para dejarnos una impresión bastante incómoda. Al voltear a la banca, cuando el partido estaba bastante apretado, no había un rostro que te brindara confianza al saber que entrará a cambiar las cosas. Salvo Fidel Martínez, en la banca no hay más que dudas.
Si bien es cierto que hay tipos que ya han sido probados en primera división. Como es el caso de Saldivar, Quintana, Escamilla y Gallardo. Lo que realmente no nos queda muy claro es quién será el revulsivo. No hay un nombre de confianza, pero hay hombres.
Recientemente, Pumas fue campeón de la Segunda División, con un equipo altamente competitivo y muy versátil. Entre ellos, Escamilla, Gallardo, Omar Islas y David Martínez. Varios de ellos, con una amplia necesidad de seguir sus procesos paso a paso, sin echarlos a un partido con el primer equipo. Locura pensar que serán una solución.
Sin embargo, la historia nos indica que la fórmula puede funcionar. En aquél lejano 2011, Pumas afrontó su torneo con una historia bastante similar. En aquella ocasión, no hubo refuerzos, situación que hasta una felicitación por parte del entonces Presidente de la FIFA propició.
Irónicamente, el hombre de más experiencia en aquél torneo está hoy de traje, corbata y en el banquillo. Palencia guió desde el campo a Pumas en ese título; hoy, tiene el mismo objetivo, pero ya con pantalón largo y una nueva generación de canteranos.
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