Por: @mauricio_auv

La crisis de Pumas. La cantera se secó. Los universitarios dan la espalda a su historia, no respetan sus principios. Los extranjeros tapan la oportunidad a los chavos. Déjà vu, algo que me pareció haber ya vivido.

Buscar una nota con estas características puede ser sencillo ahora, como lo fue a finales de los 90´s o después del Bicampeonato de 2004 (alguna de las crisis que me ha tocado ver). No es la primera ocasión que se sufre en el equipo, como lo mencionó Mario Trejo en su regreso al club a finales de 2013, al decir que en su primera etapa le tocó sortear un tema peor con el descenso en 2006.

Es normal que las canteras tengan camadas más exitosas que otras, que haya sequías, pero no es normal que en Pumas esté ocurriendo tan seguido en tal magnitud. Lo que nos muestra un área de oportunidad que el club no ha corregido adecuadamente para renovarse, modernizarse, innovar en sus procesos de visorias y formación de jugadores; para no ver como otros equipos nos superan en nuestra especialidad.

Desde el inicio de los torneos cortos, Pumas ha estado atado a un círculo virtuoso -o vicioso-, en el que se vive una crisis de resultados, vinculados a la baja calidad de los elementos canteranos, como principal factor, que luego se solventa terminando en la obtención de uno o varios campeonatos. En ese momento todo se torna en éxito y ejemplo, aunque algo se va desgastando irremediablemente.

Los personajes del fútbol, muchas veces nos insinúan la subjetividad y sensacionalismo en que la prensa deportiva suele caer, al decir: “cuando ganamos no somos los mejores, ni cuando perdemos los peores. No creemos todo lo que se dice”. Sí, ahora es tan sencillo encontrar los problemas del club, pero sólo leo que los enumeran o  utilizan argumentos simplistas (que no son infundados sino insuficientes),  como decir que el problema está en no dar oportunidad a los canteranos, que apenas y le ganan al Atlante de la Liga de Ascenso en un torneo de copa, que con todo respeto dista mucho de los equipos competitivos de la Liga MX. Después, quizá será igual de sencillo encontrar las causas del éxito cuando solo lo describan.

Quizá, ese fenómeno afecta a los aficionados. Hoy reaccionamos pidiendo “cortes de cabeza” o buscando uno o varios culpables para la quema; no lo digo porque el #FueraTrejo esté injustificado, sino porque no es la solución de fondo a nuestros males, aunque sí sería un buen inicio. Mañana, celebraremos un campeonato, si se obtiene con Trejo sería gris, aunque no sería culpa de Universidad Nacional, muchas veces la Liga en México se torna de ese color. Y así, seguiremos atados al problema.

Sería un aficionado muy feliz si Pumas lograra salir de ese círculo vicioso –o virtuoso-, y aprovechando la oportunidad, decidiera por fin dejar de tomar remedios y se decidiera a cambiar de hábitos (como aquel que encuentra en la prevención la mejor forma de conservar la salud), enfocando sus esfuerzos en la renovación y éxito en la cantera, para después construir un gran equipo, aunque tengan que pasar años para lograr un título.

Campeones ha habido muchos y los seguirá habiendo cada año , en México cada semestre, pero los triunfadores que logran sus metas, honrando sus laureles, respetando sus formas, son los que perpetúan la memoria –como los campeones de la temporada 1990-1991- y construyen la grandeza de un club.